Epidermis

El proyecto emerge como una indagación sensorial y simbólica de la piel, ese vasto lienzo donde se inscriben la enfermedad, la imperfección y la huella del tiempo. Se busca hacer visible lo que suele ser velado: las fisuras, los relieves y las marcas que narran historias silenciadas. En este tránsito, los fármacos, particularmente las cremas, adquieren un protagonismo peculiar, transformándose en una especie de segunda piel—una membrana artificial que media entre la herida y la curación, entre la carne y la norma.

De manera análoga, la indumentaria entra en juego como una extensión simbólica del cuerpo: no solo como resguardo, sino como un acto de exposición, de manifestación tangible de la experiencia cutánea. La ropa se convierte así en una tercera capa epidérmica, una superficie donde la textura del padecimiento y la estética se entrelazan en un diálogo incesante.

Inicialmente, el proyecto abarca la dermatitis, la celulitis, las estrías y las manchas—territorios donde la piel se expresa con su propio lenguaje de irregularidades. No obstante, a medida que el proyecto se expanda, su mirada se abrirá hacia una exploración más vasta de las múltiples problemáticas dérmicas, abrazando la piel como un campo infinito de significados, memorias y resistencias.